Mucho se habla de este producto pero, con tanta información a la mano, cuesta un poco ordenar la cabeza y entenderlo. Así que te lo vamos a resumir.

Los bioestimuladores son, como su nombre lo dice, productos que estimulan la formación de colágeno en nuestro cuerpo. ¿Qué significa esto? Hacen que tus células produzcan más colágeno. Por lo que no es colágeno externo, es tu propio cuerpo formándolo. Esto hace que su efecto sea natural.

Y ahora, la pregunta del millón, ¿por qué es esto importante?

Porque se ha demostrado que desde los 25 años perdemos entre el 1 a 2% de nuestro colágeno anualmente. ¿Y eso qué implica? Que aparece la flacidez de nuestra piel y comienza literalmente a “caerse” por efecto de la gravedad. Perdemos la firmeza

Ahí reside la importancia de los bioestimuladores. Nos van a ayudar a prevenir esta pérdida y a producir colágeno, mejorando nuestra piel.

Existen distintos tipos y marcas de bioestimuladores. Por lejos las más conocidas son Radiesse y Sculptra. La diferencia radica en el químico del que están compuestos, el porcentaje de colágeno que estimulan a producir, y la duración en el tiempo.

Ahora bien, hablemos de riesgos. No olvidemos que, como todo procedimiento estético inyectable, existe la posibilidad de que después del procedimiento tengamos algún moretón. Esto es normal y algo inevitable, no podemos hacer mucho para evitarlo.

Otro riesgo menos frecuente es que, este producto que aplicamos, se acumule y se genere un granuloma. Esto no tiene ninguna implicancia negativa, pero si puede ser molesto. ¿Como evitarlo? Realizando masajes posterior al procedimiento.

¿Cuál es mejor? ¿Cuál es para mí? La respuesta es: Depende.

En primer lugar siempre debemos tomar en cuenta la edad, por la cantidad de colágeno estimada que se ha podido perder. Depende de la calidad de piel que se tenga. De las comorbilidades, el tabaquismo, etc. Para saber cuál es el mejor para ti, agenda una evaluación médica.

¡Saquemos a relucir tu mejor versión!